¿Qué es el malware?
El malware, también conocido como software malicioso, es cualquier programa diseñado para infiltrarse en sistemas informáticos, dañarlos o extraer información sin autorización, provocando -entre otros aspectos- una filtración de datos (https://spintspstaging.wpenginepowered.com/es/identity-library/data-breach). Los ciberdelincuentes lo utilizan para robar datos, eliminar archivos, registrar pulsaciones de teclas o comprometer credenciales de inicio de sesión. Por su versatilidad, se ha convertido en una herramienta muy potente y en una amenaza que toda organización debe abordar.
Una vez que un dispositivo está infectado, los atacantes pueden tomar un control significativo del sistema, e incluso total, y acceder a él cuando quieran. Esto resulta especialmente preocupante fuera del horario laboral, cuando la vigilancia de los equipos de seguridad suele ser menor.
Se calcula que se produce un ataque de este tipo cada 11 segundos. Para proteger a tu organización, el primer paso es conocer los principales tipos de malware y cómo actúan.
Tipos de malware que existen y ejemplos
El malware adopta muchas formas distintas. A continuación, se describen algunas de los ciberatques más habituales.
Virus informáticos
Un virus informático imita un virus real al replicarse en varios componentes de los sistemas mediante código malicioso. La mayoría de las veces, el virus informático se inserta a través de un programa o componente de software dentro del sistema. Esto dificulta el proceso de eliminación del virus, ya que erradicar la fuente original del virus también puede provocar que todo el sistema falle.
Para evitar los posibles daños adicionales causados por un virus, este debe ponerse en cuarentena; a continuación, se pueden bloquear los patrones de replicación adicionales y eliminarlo por completo del sistema.
Gusanos informáticos
Los gusanos informáticos suelen ser programas maliciosos autorreplicantes que se propagan clonándose a sí mismos. Son especialmente peligrosos porque no se requiere la interacción del usuario final para infectar una red correctamente.
Ransomware
El ransomware es un malware que bloquea el acceso a archivos y sistemas hasta que los usuarios pagan un rescate. Incluso si las organizaciones pagan, es posible que no recuperen el acceso a los sistemas o datos. Los ataques de ransomware son cada vez más frecuentes y han evolucionado hasta convertirse en esquemas de doble extorsión: los atacantes también roban datos confidenciales y amenazan con filtrarlos si no se paga el rescate.
Registradores de teclas (keyloggers)
Los registradores de teclas monitorizan las pulsaciones del teclado y permiten a un tercero reconstruir todo lo que escribe el usuario, incluidas contraseñas y datos sensibles. En algunos casos se utilizan con fines legítimos (por ejemplo, para auditoría interna), pero en manos de actores maliciosos suponen un riesgo grave de robo de credenciales e información confidencial.
Troyanos
El nombre de esta amenaza se inspira en la historia del caballo de Troya: algo que parece inofensivo, pero esconde un ataque en su interior. En el ámbito digital, un troyano se presenta como software legítimo y suele distribuirse a través de enlaces en correos electrónicos, aplicaciones aparentemente benignas o campañas de ingeniería social.
Una vez instalado, el troyano abre puertas traseras para que los atacantes accedan a la infraestructura digital de la organización y extiendan el compromiso a otros sistemas.
Spyware
El spyware, o software espía, se utiliza para vigilar de forma encubierta a las víctimas y recopilar información en beneficio del atacante. Su objetivo es obtener datos de identificación personal (PII) y otros elementos sensibles que puedan monetizarse o emplearse para acceder a recursos adicionales, como cuentas financieras o sistemas corporativos.
Puertas traseras (backdoors)
Las puertas traseras permiten el acceso a un sistema o aplicación por vías no estándar. Aunque pueden tener usos legítimos (como ayudar a usuarios a recuperar acceso a software suscrito), también son un objetivo muy atractivo para atacantes. Muchos proveedores mantienen puertas traseras para fines internos, pero si estas credenciales o mecanismos se filtran, las consecuencias pueden ser especialmente graves.
Malware sin archivos
En los ataques sin archivos, el código malicioso no se instala como un programa independiente, sino que aprovecha elementos nativos del sistema operativo, como APIs, claves de registro o tareas programadas. El atacante se “camufla” dentro de scripts o procesos legítimos, lo que dificulta la detección y complica la respuesta desde el punto de vista de la ciberseguridad.
Adware
La mayoría de los usuarios se ha encontrado alguna vez con adware mientras navegaba por Internet. Este tipo de software muestra anuncios no deseados o redirige a sitios que promueven productos y servicios. Aunque no siempre es malicioso, puede resultar intrusivo y, en algunos casos, se utiliza para recopilar datos de comportamiento o abrir la puerta a amenazas más graves.
Publicidad maliciosa (malvertising)
En la publicidad maliciosa, los atacantes se valen de anuncios aparentemente legítimos que, en realidad, distribuyen código dañino. Al hacer clic, el usuario puede descargar un fichero comprometido o ser redirigido a un sitio que aprovecha vulnerabilidades del navegador para instalar malware sin que se dé cuenta.
Rootkits
Los rootkits son un tipo de malware que se apodera de los puntos de acceso administrativos de un sistema sin ser detectado. Este proceso puede crear una amplia gama de problemas para los administradores de sistemas, bloqueándoles el acceso a sus sistemas y privándoles de cualquier control sobre ellos. Dado que los rootkits funcionan a nivel del sistema operativo, tienen una funcionalidad mucho más potente que otros tipos de malware.
Bots y redes de bots (botnets)
Los bots son dispositivos infectados que los atacantes controlan de forma remota. Cuando se agrupan en grandes volúmenes, forman botnets capaces de combinar troyanos, gusanos y otros vectores para lanzar ataques automatizados a gran escala. Un ejemplo habitual son los ataques distribuidos de denegación de servicio (DDoS), que pueden dejar fuera de servicio un sitio web o una aplicación durante horas o días.
Raspadores de memoria de acceso aleatorio (RAM scrapers)
These programas se centran en los datos que pasan brevemente por la memoria RAM, especialmente en dispositivos sensibles como sistemas de punto de venta. Allí pueden capturar información como números de tarjetas de pago antes de que se cifre o almacene, lo que los hace muy efectivos en entornos de comercio minorista.sensibles (p. ej., sistemas de punto de venta) donde los datos como información financiera se transfieren brevemente sin cifrar.
Malware móvil
En este caso, el objetivo son los smartphones y tabletas. Los dispositivos a los que se ha hecho jailbreak o rooteado suelen ser más vulnerables porque han perdido parte de las protecciones de seguridad originales. A través de aplicaciones no oficiales, enlaces maliciosos o redes Wi-Fi inseguras, el atacante puede instalar software que robe datos, intercepte comunicaciones o tome el control del dispositivo.
¿Cómo funciona el malware?
Este tipo de software malicioso puede entrar y expandirse en sistemas, redes y dispositivos de múltiples maneras. Algunos de los métodos más frecuentes son:
Vulnerabilidades
Una vulnerabilidad puede ser cualquier cosa, desde un área de un sistema sin parches, hasta el acceso físico a centros de datos no seguros o un empleado que desconoce la ingeniería social.
Los actores de amenazas frecuentemente aprovechan las vulnerabilidades para obtener acceso inicial a una organización.
Puertas traseras
Como ya se ha comentado, las puertas traseras ofrecen una vía directa de entrada. Un intruso puede explotarlas durante largos periodos sin ser detectado, manteniendo un acceso persistente a sistemas críticos. A menudo se descubren cuando el impacto del ataque ya es significativo.
Redes planas
En una red plana, el tráfico circula sin apenas segmentación ni barreras internas. Aunque este enfoque reduce costes de infraestructura, también facilita el movimiento lateral del atacante. Una vez dentro, resulta mucho más sencillo desplazarse de un sistema a otro sin encontrar controles de seguridad adicionales.
Descargas involuntarias (drive-by)
Las descargas involuntarias suelen ocurrir cuando un usuario, sin saberlo, encuentra malware al visitar sitios web infectados. Este tipo de ataque no requiere ninguna acción del usuario más allá de visitar la página web comprometida, lo que lo hace especialmente peligroso.
Amenazas híbridas
Las amenazas híbridas combinan varios tipos de malware y técnicas diferentes para evadir la detección. Pueden mezclar componentes de ransomware, troyanos y spyware, por ejemplo, para confundir a las soluciones de seguridad y ocultar la verdadera intención del ataque hasta que es demasiado tarde.
Habilitar la ciberseguridad con SailPoint
Con SailPoint, las organizaciones pueden reforzar su programa de ciberseguridad apoyándose en controles basados en identidad y en una gestión avanzada de accesos. Al alinear la seguridad de la identidad, el gobierno de identidades y otras capacidades clave con la protección frente a malware y amenazas similares, las empresas reducen su superficie de ataque y mejoran su capacidad de detección y respuesta. Descubre cómo podemos ayudarte a fortalecer la seguridad de tu organización a partir de una base sólida de gestión de identidades.